Aire para Sevilla

17 diciembre 2006

Poligono Sur victima del escándalo de la Copa Davis

Dice la sabiduría popular que una mentira trae otra mentira y que la bola se engorda hasta que explota y desata una tormenta de falsedades en las que ya es imposible reconocer la verdad. También se dice que a un mentiroso se le conoce de lejos.

Asistimos estos días a un nuevo enredo de mentiras, que siguen engordando la bola de este gobierno municipal. En unos casos a unos les toca mentir y a otros ser cómplices con su silencio y viceversa. Cuando las facturas falsas de Macarena el PSOE engañaba y los comunistas callaban. Ahora es el comunista Lolo Silva el que miente. Sí, estos comunistas que siempre nos están dando lecciones de ética y de compromiso social de boquilla. Mintió cuando dijo que la cubierta de la Davis se podría reutilizar pese al robo, ocultó las reservas que la empresa adjudicataria del pabellón de la Paz hizo constar sobre el desfase presupuestario al no poder utilizarla y cómo quedaba suspendido el inicio de las obras, se inventó una nueva acta de replanteo falsa para salvar la cara... mentira sobre mentira. La bola cada vez más grande y los vecinos del Polígono Sur, víctimas del engaño, sin pabellón de deportes.

No piensen que el alcalde se ha puesto en jarras y ha pedido responsabilidades. En lugar de eso arremete contra los que denunciamos las mentiras y dice que esto es una conspiración contra los que sostienen su gobierno. No se a ustedes, pero a mí lo de la teoría de la conspiración me suena a tiempos en los que los que se mostraban críticos corrían peligro. O también a ese silencio cómplice de unos y otros cuando afloran irregularidades, corruptelas y mentiras, que es más propio de la camorra napolitana que de un ayuntamiento democrático. Una vez que se ha producido este nuevo escándalo la única respuesta responsable que le queda al alcalde es cesar al delegado de deportes, sin mencionar que, si este tuviera vergüenza, ya habría dimitido.

A pesar de todo esto quisiera transmitirles un mensaje positivo. Otra forma de hacer las cosas es posible. El Polígono Sur tendrá su pabellón con gobierno andalucista. El plazo de tantos despropósitos se está acabando porque los vecinos y vecinas de esta ciudad tienen en sus manos cambiar las cosas, sin miedo, sin que pese la teoría de la conspiración y la palabrería vacía que no se corresponde con los hechos. Quiero un gobierno eficaz y transparente, que resuelva problemas y no los cree. Y estoy seguro que todos ustedes también.

13 diciembre 2006

Sobre encuestas y reacciones curiosas


La encuesta a la que hacía referencia en mi entrada anterior ha provocado un alud de reacciones en mis adversarios políticos. Es normal. Lo que no es normal, aunque resulta divertido, es la incoherencia que en algunos provoca el sectarismo mal llevado. Los más graciosos son, sin duda, los de Izquierda Unida: mientras Valderas dice que la encuesta expresa la magnífica gestión de IU en el Ayuntamiento (le da, por tanto, toda la credibilidad), Torrijos dice que es una carta a los Reyes Magos porque las expectativas de voto que él tenía se van a pique (o sea, que no se la cree). El PSOE y su entorno social-mediático, que por lo bajini siguen soñando con un "tripartito", en público lanzan alaridos de que ya hay un pacto PA-PP. El PP dice en alta voz que no nos quieren ni en pintura y que somos nacionalistas peligrosos. En fin, lo de siempre: molestamos a la falsa izquierda de siempre y a la derecha de siempre. Tanto para el PP como para el PSOE lo mejor sería que no existiéramos, y si existimos que fuéramos un apéndice de ellos (y éso "sotto voce" porque en público siempre dirán que vamos a pactar con el otro). Pues va a ser que no. El Partido Andalucista va a existir porque así lo quieren los andaluces y los sevillanos, y porque a lo largo de nuestra historia hemos demostrado, con creces, que somos enormemente útiles para Andalucía y para Sevilla. Y, además, vamos a seguir siendo insobornablemente libres: ni el PP ni el PSOE tienen las ideas y la capacidad precisas para resolver los históricos problemas de Andalucía y de Sevilla. Y de muestra vale un botón: sólo cuando el PA ha estado en el gobierno de Sevilla y de Andalucía, el Metro ha sido un proyecto en marcha. Esta especie de limbo al que el PSOE está llevando el proyecto más esencial para la movilidad en Sevilla y su área metropolitana desaparecerá cuando nuestra ciudad vuelva a contar con un alcalde andalucista y el Metro volverá a ser una realidad.

En definitiva, lo que esta encuesta ha puesto de manifiesto es que la ciudadanía sevillana percibe que el gobierno PSOE-IU ha sido un rotundo fracaso y que hace falta un cambio. Y lo que pone a todos nerviosos es que, en Sevilla, el cambio en los momentos difíciles siempre ha venido de la mano del Partido Andalucista. A la hora de la verdad, Sevilla siempre ha contado con los andalucistas. Y así volverá a ser en mayo de 2007.

12 diciembre 2006

Sevilla va a cambiar

El pasado mes de enero, el Partido Andalucista puso en marcha una campaña bajo este lema con la que recorrimos todos los barrios de Sevilla invitando a vecinos y vecinas a movilizarse contra el general estado de abandono de la ciudad. Pude detectar, como portavoz del Grupo Municipal, que la gente no estaba contenta con la marcha de las cosas en Sevilla. Desde entonces, las cosas han ido a peor. Cuando el Partido Andalucista me presentó como candidato a la Alcaldía, hace apenas dos meses, he vuelto a recorrer todos los barrios de Sevilla (hasta la fecha hemos celebrado 58 Asambleas de Barrio, abiertas a todos los ciudadanos) y he podido comprobar que las ansias de cambio van a más.

El Partido Andalucista acaba de hacer público un estudio sociológico, amplio y riguroso (1.100 entrevistas), sobre la situación política en Sevilla. El trabajo de campo se ha realizado en la última quincena de noviembre y los resultados son muy reveladores. Lo primero que llama la atención es la conciencia, practicamente unánime, de que Sevilla tiene problemas serios y graves: sólo un 1'8 % de los sevillanos piensa que no tenemos ningún problema importante (por cierto, todos ellos votantes del PSOE). La desastrosa gestión de las obras públicas, el tráfico, la suciedad y la inseguridad ciudadana son las cuestiones más citadas. Aunque la verdad, tampoco hacen falta muchos sociólogos para saberlo: basta con hablar con la gente por la calle

La principal conclusión que obtenemos de este sondeo es la constatación de que los sevillanos y sevillanas apuestan por el cambio de ciclo en Sevilla. Aquellos signos de decadencia que presenta el actual equipo de gobierno PSOE-IU, liderado por el Alcalde peor valorado de la historia de la democracia sevillana según el sondeo, y que se han venido estructurando en torno a la improvisación, el clientelismo, la corrupción, los retrasos y los incumplimientos y, en definitiva, ese cúmulo de contradicciones que se materializan en la persona de Sánchez Monteseirin, son signos evidentes del fin de un ciclo, y los ciudadanos y ciudadanas de Sevilla están marcando el camino que terminará con Monteseirín y sus voceros fuera del gobierno de esta ciudad.

La tendencia al alza del Partido Andalucista, nos confirma que, tras el proceso de renovación y de redefinición ideológica que comenzamos hace ahora dos años, el trabajo está dando sus frutos, no sólo hemos recuperado la confianza de Sevilla sino que además estamos listos para pelear por los intereses de Sevilla y por su desarrollo social con todos aquellos que pretenden seguir utilizando a Sevilla como moneda de cambio para sus intereses particulares en Madrid o en San Telmo.
El Partido Andalucista es, hoy por hoy, la única alternativa para que el cambio de ciclo permita que Sevilla pase de la decadencia a una nueva etapa de esplendor que devuelva a Sevilla a los lugares que por peso político, histórico y demográfico le pertenecen. Ese es mi compromiso.

04 diciembre 2006

Un Metro a largo plazo

Un Metro básicamente subterráneo con 52 km. de recorrido urbano, es la reivindicación principal del PA

J.M. Keynes, padre del capitalismo social, sentenció para los restos cuando dijo aquello de que “a largo plazo, todos muertos”. La consejera de Obras Públicas y Transporte de la Junta de Andalucía acaba de decirle a Sevilla que tendremos un Metro a largo plazo. Para cuando todos los sevillanos que vivimos, sufrimos, padecemos y envejecemos en los atascos diarios que sufre la ciudad no necesitemos ese Metro. La ciudad ha sufrido desde la vuelta del verano al menos tres grandes atascos que la han convulsionado, cabreando más aún de lo que ya lo estamos a los ciudadanos que hemos perdido toda capacidad de esperanza para salir del agujero continuo donde nos metió la actual gestión municipal. “A largo plazo todos muertos”, dijo Keynes sobre los proyectos económicos con escasa voluntad de abordarse. “A largo plazo ningún metro”, diríamos nosotros parafraseando a Keynes y descubriendo a la consejera tras su anuncio de no presupuestar las líneas dos, tres y cuatro de Metro hasta que no se diseñe los cincuenta y dos kilómetros de red de tranvía del Aljarafe y su área de influencia.

Este es el Metro de nunca acabar. O mejor dicho: el Metro de nunca empezar. Todas las energías políticas que requiere un proyecto como el Metro sevillano parecen que se han desvanecido, como esas lipotimias que de vez en vez le dan a la tuneladora dejándola fuera de servicio. Quieren construirnos un Metro soplando. Porque soplan y resoplan cada vez que hay que librar un presupuesto, una partida, una previsión de gasto para que avancen las obras. Ahí está el ejemplo de la estación de Metro de la Puerta Jerez, también aplazada a largo plazo por la misma Consejería, por presuntos problemas con el aparcamiento del Cristina. Como si el aparcamiento del Cristina se les hubiera aparecido de la noche a la mañana a los técnicos y hubiera sido para ellos una sorpresa valorarlo en relación con la estación de la Puerta Jerez.

Vayan quedándose con la copla. No habrá líneas dos, tres y cuatro hasta que no se diseñe, presupueste, se adjudique y entre en funcionamiento el tranvía del Aljarafe, cuyo proyecto no está aún ni licitado. La estación de la Puerta Jerez se hará a largo plazo. O sea, ni se sabe. Los vecinos de Montequinto ya han expresado su frustración porque la línea 1 no satisface sus necesidades que, políticamente, les prometieron desagraviarlas cuando se necesitaron sus votos. Y ya suenan voces desde diferentes ámbitos del poder animándonos a creer que el Metro subterráneo no es nada aconsejable en una ciudad como Sevilla, más apta para los tranvías como el que van a inaugurar para darse fuste en las próximas elecciones. Tendrá usted que saber que ese tranvía, que une el Prado con la Plaza Nueva, o sea, mil trescientos metros, nos va a costar cerca de noventa millones de euros. Es posible que tan descabellado ejercicio de disparar con pólvora del Rey lo quieran compensar con los cuatro o cinco mil millones de euros que van a dejar de gastarse en la estación “a largo plazo” de la Puerta Jerez. El día en que mis nietos asistan a la inauguración de esta estación no estaría de más que le pusieran el nombre del economista británico: J. M. Keynes, el hombre que mejor supo retratar los largos plazos de la Sevilla y la Junta del PSOE.

Desde el primer momento el PSOE y la Consejería de Obras Públicas ha optado por el tranvía, que compite en superficie con el tráfico habitual.

Madrid en una legislatura ha construido más de ciento cuatro kilómetros de Metro. En Valencia ya tienen cinco líneas funcionando tras haber echado a correr después de que se enterrara el metro sevillano. En Bilbao suman dos líneas. No quiero ni pensar lo que sumará Barcelona con la cantidad de recursos que recibirá la capital catalana con su novísimo y generoso Estatuto. En Sevilla, desde que comenzaron las obras hace más de tres años, no solo no hemos acabado la primera línea, sino que sobre la marcha le han ido dando recortes al proyecto inicial hasta convertir el metro en tranvía. Eso es lo que como sevillano más me indigna. La capacidad para jugar con ambas manos que tiene el PSOE andaluz con Sevilla. Con una nos venden un metro de primera. Con la otra cogen la goma de borrar y lo cambian todo. No solo convierten el metro en tranvía. Sino que borran los plazos originales y convierten cualquier proyecto de la ciudad en “un largo plazo”.

Hace unos días me veríais algunos en el encierro que los andalucistas protagonizamos en el Parlamento de Andalucía con motivo de la aprobación por el Congreso de los Diputados del Estatuto andaluz. No me convence el Estatuto que ha pactado PSOE y PP. Ese Estatuto, a diferencia del catalán, lo es a largo plazo en el sentido más keynesiano de la expresión. El catalán es un Estatuto de proyectos a corto plazo, perfectamente financiados por los presupuestos generales del Estado. El Estatuto andaluz, por ejemplo, no va a conseguir que este Metro sea un Metro y no un tranvía. Ese Estatuto no va a conseguir, por ejemplo, que se ejecute el proyecto de la estación del metro de la Puerta Jerez, porque los dineros irán para otras comunidades más exigentes. El Estatuto andaluz, por ejemplo, no va a permitir que, a corto plazo, los sevillanos del Aljarafe se suban a los tranvías que los pondrían en contacto con una red de Metro lo suficientemente aceptable como para celebrar treinta años de espera. Por eso me encerré el otro día en el Parlamento de Andalucía. Porque resulta obsceno esperar treinta años de una vida para ver como un Metro se convierte en tranvía y una socialista como la consejera de Obras Públicas le da la razón a Keynes con los proyectos a largo plazo.